Creer. 

En  la vida todo depende de lo que creas. Porque de acuerdo a lo que creas, manifestarás.  Yo creo en Dios y confío en Dios.  En un Dios bueno, Padre-Madre, protector, proveedor, que se regocija en su creación.
 

Creer en Dios y confiar en El son los primeros pasos para la obediencia. Nadie obedece una orden de personas en las que desconfía o no cree.  Es imprescindible entonces, para obedecer cualquier orden, creer que lo que ha sido mandado hacer es lo correcto, y traerá como consecuencia mayor bien.
 

La biblia nos manda a creer y a tener un corazón sano, puro, como el de un niño.  El niño cree todo lo que se  le dice. El niño no conoce limitaciones, por qué?, porque él sabe instintivamente que no existen las limitaciones.   Nadie se lo ha dicho, pero él lo sabe y lo cree.  No hay imposible para el niño, como no hay imposibles para Dios.
 

Cuentan que en una ocasión, un monje de dijo a San Agustín, siendo aún un niño. Mira Agustín, abre la ventana, afuera hay vacas volando, y el niño corrió y, abrió la ventana, y le grita al monje: No veo nada.
 

Y el monje le dice riendo, como eres tonto Agustín, cómo crees que las vacas vuelan?. Y el niño se puso serio y le dijo: Prefiero creer que las vacas vuelan a creer que los monjes mienten.

Así Dios desea en nosotros un corazón abierto, limpio, que cree, que no duda, sino que cree y confía.
 

Obediencia a Dios. Es el resultado de creerle a Dios y confiar en El.

El Sr. Charles Fillmore, cofundador de Unity, nos dice en la Palabra Reveladora lo siguiente:

“La obediencia viene mediante la comprensión de la relación del hombre con Dios. Cuando demostramos sabiduría, pureza y el Principio perfecto que es Dios, somos obedientes a Él.
 

Vemos en la Biblia algunas órdenes que Jesús da a los discípulos que son bastante difíciles de creer, pero vemos cómo sin ningún razonamiento los discípulos obedecen. Son órdenes contrarias a las leyes del hombre. Pero ellos obedecen, porque ellos tenían fe, y sabían que a Dios representado en Jesús el Cristo no se le razona, sino que se le cree. Ellos ya habían visto a Jesús hacer grandes milagros, por eso tenían fe y sabían que si Él lo decía algo bueno se iba a manifestar.
 

La fe nos hace capaz de creer en Dios, nos hace capaz de obedecer, y por la obediencia, recibir unción.  No esperes recibir órdenes posibles, Dios desea que tu le creas en lo imposible. Dios no te va a enviar hacer cosas que puedes hacer, sino aquellas que no puedes. Para qué?, para que todo el mundo sepa que es a Él la gloria, quién manda hacer y a ti la unción, porque recibes y ejecutas lo que hay que hacer. 

Por Ejemplo, miren esta orden:

Lucas 19: 29-36.
 

 Y aconteció que, llegando cerca de Betfagé y de Betania, al monte que se llama de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, diciendo: Id a la aldea de enfrente, y al entrar en ella, hallaréis un pollino atado en el que ningún hombre ha montado jamás; desatadlo y traedlo.
 

 Y si alguien os pregunta: ¿Por qué lo desatáis?, le responderéis así: Porque el Señor lo necesita.

 Y fueron los que habían sido enviados y hallaron como les dijo.

 Y cuando desataban ellos el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino?

 Y ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita.

 Y lo trajeron a Jesús;…
 

Imagínense, Jesús manda a desatar un pollino ajeno, esto podría parecer hurto o no?, pero más aún no cualquier pollino, sino uno que nadie había montado jamás, o sea que El lo iba a estrenar. ¡Vaya orden!
 

Ahora bien, yo no sé a qué hora ese hombre recibió la orden que le dijo: “2 hombres van a venir y van a desatar tu pollino, cuando lo desaten te van a decir que es para mí y tú se lo das”.
 

En otras palabras, cuando Dios te manda hacer algo, es porque ya El tiene un plan y preparado el camino, así es que asegúrate de obedecerle. 

Mira esta otra orden:
 

Veamos Mateo 17:24-27
 

Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?
 

El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños?
 

Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos.
 

Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti.

Qué pensarías tu con una orden así? Figúrate que tu en vez de obedecer, te fueras donde los otros discípulos a comentarle la orden que recibiste?, que te dirían.
 

Sería algo como: Pero ¿Jesús es carpintero que sabe de pesca? Y ¿cómo vas a encontrar una moneda en la boca de un pez? Se habrá vuelto loco ya?.

Pero Pedro representa la Fe, que a veces duda, pero siempre obedece. Por tanto él obedece y tira el anzuelo. Tu también has recibido la orden, atrévete tira el anzuelo y pesca esa idea divina que va a traer la provisión que necesitas para cubrir todas tus necesidades, para pagar tus deudas y cumplir con tus compromisos. 

Creo que ya Dios tiene ese pez esperando por tu anzuelo, es decir, ya Dios tiene esa idea esperando por tu oración, por tu momento de intimidad con Dios, por tu decisión a moverte y pedir, llamar, buscar, porque el que busca encuentra, el que pide recibe, y el que llama se le abrirá, la puerta está ahí esperando que gires el manubrio y la abras.  ¿Qué espera?, ¡obedece la orden!.
 

Hay órdenes que Dios da en tu vida, que van más allá de tu creencia, y que van hasta en contra de lo que has visto y oído hasta ahora, pero si tu confías lo suficientemente en Dios, vas a obedecerlas y serás bendecido.

Dios les bendices amigos.

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